Ahora que se acerca la fecha
de mi cumpleaños, voy a hablar un poco de las fiestas de cumpleaños:
Antes, me encantaban esas
fiestas de cumpleaños de mis amigos que se hacían en la piscina: recuerdo ver
un montón gente de los cuales sólo conocía a la mitad, mogollón de comida por
los alrededores y una tarta enorme. Pero sobre todo, lo que mejor recuerdo de
esas fiestas, es que acabábamos todos muy cansados.
Yo siempre he sido más
reservado: suelo celebrar mi cumpleaños en familia, haciendo una buena comida y
con una buenísima tarta casera que trae mi tía. Pero eso sí, después de los
regalos y los postres, me voy con mis amigos, les invito a algo y nos lo
pasamos en grande como todos los días que quedamos. Porque yo creo que no es
necesario hacer una fiesta porque sea tu cumpleaños, pudiéndote ir a pasarlo
bien con los amigos siempre que te lo pida el cuerpo.
Así que, el próximo 14 de
febrero, me iré a echarme unas risas con los amigos, pero sabiendo que siempre
con buena compañía, la fiesta está más que asegurada.
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