miércoles, 21 de octubre de 2015

Bécquer

A lo largo del tiempo, una trabajadora social, (casualmente con el poder de la inmortalidad) se da cuenta que las respuestas que recibe de las familias que quieren adoptar un niño, son muy diferentes a lo largo de los siglos. Por ejemplo:
Cuando ahora pregunta “¿Dónde os conocisteis?” ahora contestan “Por Facebook” pero antes contestaban “en la plaza del pueblo”. O cuando pregunta “¿Dónde os compráis la ropa?” unos contestan “en Zara” pero otros contestaban “en el mercado del pueblo. O también cuando preguntaba “¿Qué futuro queréis darle a vuestro hijo?” en el siglo XIX contestaban “el oficio del padre” y en el siglo XXI contestan “lo que él prefiera, pero nos gustaría que fuera funcionario”.
Y en cuanto a experiencias amorosas también han cambiado mucho las cosas: cuando antes se mandaban poemas y cartas de amor; ahora se mandan WhatsApp diciendo “te quiero“, sin más.

Pero no digo que un siglo sea mejor que otro, sino que a mí también me gustaría tener el poder de la inmortalidad.

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