El futbolín es uno de los
juegos más típicos de un bar español:
Se trata de una caja de madera
rectangular, abierta por la parte de arriba y hueca, para poder jugar sin que
se salga la pelota. La parte de abajo, es decir, el terreno de juego, tiene
una ligera hendidura hacia abajo para que la pelota se balancee de un lado a
otro. En los laterales pequeños del campo hay dos ranuras por las que pasa la
pelota en caso de gol, es decir, las porterías. En la parte exterior de la caja
hay una lengüeta por la que salen las bolas y donde van a parar en caso de gol.
Esta caja es elevada por cuatro patas.
En la parte superior están
enganchados cuatro barras metálicas a cada lado del campo, donde se sujetan los
jugadores: un portero, tres defensas, tres medios y cuatro delanteros. Diez
bolas más una negra en caso de empate con el único objetivo de darle gorrazos a
la bola para que se meta por la portería.
Este “deporte” se suele
jugar una pareja contra otra, pero, mientras juegues con unos amigos y haya una
apuesta de por medio, se incrementa la tensión por lo cual el juego es mucho
más divertido y ameno.
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